viernes, 27 de abril de 2012

8 kilos después de dejar México.


“Va a ser la mejor experiencia de tu vida” me dijeron mi hermana y sus amigos después de llegar de su semestre en el extranjero. “Las vacaciones más largas que vas a tener”, comencé a creérmelo y fue exactamente lo que sucedió. Cuando primero me dijeron del semestre en Oxford, me pareció perfecto, ya que Inglaterra era uno de los lugares que tenía que visitar antes de morir. Hice todo el papelero y antes de darme cuenta ya era 6 de Enero a las 5 de la mañana y me estaba levantando lista para irme al aeropuerto.
            Hace 4 meses empezó la experiencia más inolvidable de mi vida. Conocí a personas que me marcaron la vida y estarán siempre en mi corazón; desde mis amigos mexicanos hasta los extranjeros que conocimos en la ciudad. El primer viaje a Londres, no nos conocíamos bien, pero eso no nos detuvo de divertirnos juntos. Una semana después conocimos Cambridge. En ese viaje pasamos de ser desconocidos a amigos. Ya en Febrero tuvimos nuestro viaje a Italia en la semana libre. Hacíamos reuniones juntos cada noche turnándonos los cuartos de hotel. Roma, Venecia, Florencia, Siena, Genova y Verona fueron los lugares italianos que fueron testigos de nuestras aventuras y experiencias más locas que vivimos. Al final de la semana, visitamos Niza; una playa en la Costa Azul de Francia. Ese viaje nos unió como ningún otro. En esa semana pasamos de amigos a hermanos.
            A como fueron avanzando los días conocimos más lugares: Bath, Stonehenge, Dublín (Irlanda), Edimburgo (Escocia) y Paris, entre otros. Cada lugar venía tomado de la mano con una nueva aventura, una nueva experiencia y sobre todo, una nueva manera de conectarnos el uno con el otro. Más que la emoción de viajar y conocer nuevos lugares, era la alegría de comenzar un nuevo viaje con esas personas que parecía habían estado conmigo toda mi vida. “Las personas que vas a conocer en ese viaje, no van a ser ni tus amigos, ni tus compañeros, van a ser tus hermanos” me había dicho mi hermana antes de venirme. En aquel tiempo no le creí, pero ahora me doy cuenta, de que si pudiera escoger o cambiar algo, no cambiaria a ninguno de esos 35 individuos que me acompaño estos 4 meses.
            Escribiendo este 27 de Abril de 2012, nuestro último día en la ciudad de Oxford, siento un hueco dentro de mí. No se que voy a hacer volviendo a México y saber que a esas personas no las voy a ver todos los días, que no vamos a poder decir “vámonos a Londres el fin de semana”, ni siquiera podré decirles “vamos a la playa”. El tiempo que pase con ellos, fueron 4 meses, pero ese tiempo paso más rápido de lo normal. En el momento en el que deje de extrañar y comencé a disfrutar, el tiempo empezó a volar. Siento que fue ayer cuando nos estábamos presentando en el avión rumbo a Madrid. Llegue a Inglaterra junto con 35 personas desconocidas, y vuelvo a México con 35 hermanos a los que nunca voy a olvidar. Y es una promesa, que algún día en algún lugar, me volveré a encontrar con aquellas 35 personas. A punto de cerrar la maleta y guardar todos los recuerdos, para llegar a mi casa al fin, y al momento de abrirla encontrarme con todas las memorias que ni en mil años pienso dejar de recordar.

Constanza Duarte. Oxford 2012.