“Va a ser la mejor
experiencia de tu vida” me dijeron mi hermana y sus amigos después de llegar de
su semestre en el extranjero. “Las vacaciones más largas que vas a tener”,
comencé a creérmelo y fue exactamente lo que sucedió. Cuando primero me dijeron
del semestre en Oxford, me pareció perfecto, ya que Inglaterra era uno de los
lugares que tenía que visitar antes de morir. Hice todo el papelero y antes de
darme cuenta ya era 6 de Enero a las 5 de la mañana y me estaba levantando
lista para irme al aeropuerto.
Hace
4 meses empezó la experiencia más inolvidable de mi vida. Conocí a personas que
me marcaron la vida y estarán siempre en mi corazón; desde mis amigos mexicanos
hasta los extranjeros que conocimos en la ciudad. El primer viaje a Londres, no
nos conocíamos bien, pero eso no nos detuvo de divertirnos juntos. Una semana
después conocimos Cambridge. En ese viaje pasamos de ser desconocidos a amigos.
Ya en Febrero tuvimos nuestro viaje a Italia en la semana libre. Hacíamos
reuniones juntos cada noche turnándonos los cuartos de hotel. Roma, Venecia,
Florencia, Siena, Genova y Verona fueron los lugares italianos que fueron
testigos de nuestras aventuras y experiencias más locas que vivimos. Al final
de la semana, visitamos Niza; una playa en la Costa Azul de Francia. Ese viaje
nos unió como ningún otro. En esa semana pasamos de amigos a hermanos.
A
como fueron avanzando los días conocimos más lugares: Bath, Stonehenge, Dublín
(Irlanda), Edimburgo (Escocia) y Paris, entre otros. Cada lugar venía tomado de
la mano con una nueva aventura, una nueva experiencia y sobre todo, una nueva
manera de conectarnos el uno con el otro. Más que la emoción de viajar y
conocer nuevos lugares, era la alegría de comenzar un nuevo viaje con esas
personas que parecía habían estado conmigo toda mi vida. “Las personas que vas
a conocer en ese viaje, no van a ser ni tus amigos, ni tus compañeros, van a
ser tus hermanos” me había dicho mi hermana antes de venirme. En aquel tiempo
no le creí, pero ahora me doy cuenta, de que si pudiera escoger o cambiar algo,
no cambiaria a ninguno de esos 35 individuos que me acompaño estos 4 meses.
Escribiendo
este 27 de Abril de 2012, nuestro último día en la ciudad de Oxford, siento un
hueco dentro de mí. No se que voy a hacer volviendo a México y saber que a esas
personas no las voy a ver todos los días, que no vamos a poder decir “vámonos a
Londres el fin de semana”, ni siquiera podré decirles “vamos a la playa”. El
tiempo que pase con ellos, fueron 4 meses, pero ese tiempo paso más rápido de
lo normal. En el momento en el que deje de extrañar y comencé a disfrutar, el
tiempo empezó a volar. Siento que fue ayer cuando nos estábamos presentando en
el avión rumbo a Madrid. Llegue a Inglaterra junto con 35 personas
desconocidas, y vuelvo a México con 35 hermanos a los que nunca voy a olvidar.
Y es una promesa, que algún día en algún lugar, me volveré a encontrar con
aquellas 35 personas. A punto de cerrar la maleta y guardar todos los
recuerdos, para llegar a mi casa al fin, y al momento de abrirla encontrarme
con todas las memorias que ni en mil años pienso dejar de recordar.
Constanza Duarte. Oxford 2012.